Las puertas interiores son por lo general en lo último que se piensa cuando se diseña y renueva una casa. Y sin embargo, las puertas internas cumplen un papel importante en una habitación: dividen los ambientes, los comunican y son un nexo que nos invita a descubrir otras estancias. Además, el hecho de que los apartamentos y casas cada día sean más pequeños, hace que las puertas se conviertan en un elemento que necesariamente deba delimitar espacios y sean visibles en la vivienda.
Entonces, ¿qué puertas interiores elegir? Partamos pensando que la puerta es un elemento decorativo como cualquier otro y, como tal, debe integrarse con el resto de los muebles. Esto no quiere decir que necesariamente debe confundirse con ellos, incluso puede convertirse en un elemento de contraste o un nexo entre dos líneas de muebles.
Más allá del gusto personal, es importante definir dónde poner los diferentes diseños de puertas, las que son todas de madera o las puertas de vidrio. Las primeras impiden que la luz filtre y son ideales para los ambientes nocturnos: dormitorios y oficinas. Las de vidrio son adecuadas para ambientes que frecuentamos durante el día, dejando que entre la luz y veamos lo que sucede detrás. Son puertas para dividir estancias sin ventanas o cuando el ingreso de luz natural es poco.
Hoy en día en los espacios abiertos (open space), las puertas de cristal se convierten en separadores entre la cocina y la sala de estar. En las nuevas construcciones la sala de estar es un ambiente único, y se puede crear una sutil separación entre la cocina y el salón, para evitar los olores de los alimentos.
La elección entre los diferentes diseños de puertas, debe ser en función de la frecuencia de uso.
Puertas batientes o abatibles: La más tradicional y requerida hoy en día. La dirección de apertura se define en función del espacio. Lo que será el sentido de rotación definirá la huella útil de dejar libre para su apertura. Los acabados son de lo más variados. Es una puerta bien llamativa tanto abierta como cerrada.
Puertas correderas internas y externas: Las primeras son las más populares, ya que pueden desaparecer en el interior de la pared, no son un obstáculo para el espacio, permitiendo acomodar bien los muebles y lograr un paso cómodo.
La puerta corredera exterior es al ras de la pared, necesitan de su propio espacio también en la pared en la que corren, aunque pueden desplazarse detrás de un mueble. El binario puede ser visible o empotrarse en paneles de yeso.
Puertas escondidas: la sensación que da es como la puerta batiente con la diferencia de que el eje de rotación no es del todo externo, el efecto de apertura es muy bello, sin embargo, son bastante incómodas por el espacio que necesitan una vez abiertas.
Puertas Plegables: Mismo concepto de las abatibles, pero dos veces y doblado sobre sí mismo. Ocupan la mitad de una puerta abatible tradicional. No son tan bonitas como las batientes debido al corte vertical de las lamas, pero son ideales para sustituirlas en caso de que no pueda colocar una corrediza interna.
Puertas al ras de la pared: Es un diseño de puerta moderna con accesorios casi inexistentes que crea un efecto de continuidad de la pared, por lo menos a un lado de la habitación. Ideal si no quiere ver la puerta y reconocerla como tal, ya que puede pasar como pared.
El estilo y acabado que elija depende del efecto visual que desee.
Fotos; Fipporte, Archiexpo, Witcasa, Gradiinfissi