El minimalismo nace en los años 60 de una corriente filosófica artística, y se hace un lugar en el diseño de interiores moderno, consolidándose 20 años después. El estilo minimalista es el preferido por las personas que gustan del orden extremo, de carácter pragmático, pero que aman la elegancia sobria. Como su nombre lo indica el estilo minimalista se refiere a la decoración reducida, a decorar con lo mínimo indispensable, presenta estructuras o muebles simples de formas definidas, monolíticas, cuadradas y con mucha capacidad de almacenamiento para mantener todo ordenado.
El minimalismo renuncia a lo superfluo, a los adornos, para dejar espacio y poder trasladarse libremente, observar y respirar. Las palabras claves en el estilo minimalista son practicidad y funcionalidad: pocas superficies fáciles de limpiar, orden, pocos objetos, ningún exceso incómodo o inútil. Por todas estas características el estilo minimalista tiene mucho suceso en la decoración de interiores ya que calza perfectamente con las necesidades de la vida moderna, frenética y de los espacios reducidos.
En un ambiente minimalista la disposición de los muebles es de suma importancia. Las habitaciones deben dar la sensación de ser amplias, aireadas, luminosas y ordenadas. Por lo general, los muebles se colocan a lo largo de las paredes. Muebles en el centro de una habitación sólo se conceden en espacios abiertos como en los lofts. Debido al número reducido de muebles estos deben tener un gran espacio de almacenamiento y estar bien organizados para que todo se vea ordenado.
Los materiales utilizados en el estilo minimalista son innovadores y originales, sobretodo en lo que respecta a los revestimientos y las superficies de los muebles. Siguiendo la corriente minimalista estos materiales deben ser prácticos y al mismo tiempo bellos. Por eso, encontramos materiales muy resistentes, fáciles de limpiar y que transmiten sensaciones de pureza y homogeneidad. Entre los materiales más usados están las resinas, el cemento alisado o las pinturas en colores neutros. En relación a los muebles se usan acabados brillantes: armarios laqueados, mesas y lavabos de cristal, textiles sobrios para los sofás y electrodomésticos de metal para la cocina.
Una de las principales características de la ambientación minimalista es el uso de un solo color y en tonalidades puras como el blanco, negro y gris. Los colores encendidos a pesar de ser modernos no se utilizan en la decoración minimalista, salvo se quiera crear un acento en algún accesorio decorativo, como cojines y cortinas.
Como ya lo decíamos líneas arriba en el minimalismo los accesorios o adornos son nulos. Salvo alguna escultura contemporánea o un cuadro sin marco y abstracto que ocupe la mayor parte de una pared. También los textiles se usan muy poco ya que se consideran netamente decorativos y pertenecen a un estilo más clásico.
Fotos: Arredamente, Ghide, Living corriere