Dar solo unos ligeros toques de color dorado a ciertos elementos como el espejo o los asientos en esta sala, dará elegancia a todo el conjunto. El blanco se encargará del resto, haciendo que la luminosidad llegue a cada esquina.
Un tono dorado en una determinada zona de la sala también nos puede servir para delimitar espacios, aquí vemos como la zona que llamaríamos social se ve remarcada por encima de un entorno blanco, donde la limpieza y la sensación de lujo es absolutamente palpable.
Una sala donde vemos que el color dorado se expone en la pared principal dando matices de luminosidad al blanco en los elementos principales y que consigue destacar ya que está junto a la entrada de luz.
El color dorado aqui vemos como se apodera de los elementos principales como los muebles y la cortina exterior. El color plata lo acompaña en el resto de las cortinas dejando que la habitación se recubra por un lujoso juego de colores.
Aqui vemos como todo el entorno se cubre de colores dorados, en diferentes intensidades. Un juego de color muy agradable dado que puede hacer destacar ciertos elementos que deseemos con una sola variación de color.
El color dorado sobre el blanco hace que se destaque la sensación de lujo sobre lo que normalmente solemos ver. Un tono más claro para elementos puntuales y para la decoración de los remates de los bordes de las paredes hace que remarquemos los contornos dando un aspecto más elegante.